Los amantes de la gastronomía y del «buen comer» estamos bastante familiarizados con la llamada «Dieta Mediterránea» y con los alimentos típicos y propios de los países en los que se puede disfrutar de ellos.
Ahora bien, siempre es bueno pararse a analizar con un poquito más de detalle, en qué consiste esta dieta y qué alimentos son imprescindibles para que nuestro organismo consiga un estado totalmente saludable.
La llamada «Pirámide de la Dieta Mediterránea»es la que establece las pautas alimentarias de cumplimiento diario, semanal y ocasional, para conseguir llegar a ese estado saludable que nuestro organismo nos acabará agradeciendo :-)
La Fundación Dieta Mediterránea, en colaboración con otras entidades, ha actualizado la pirámide tradicional, para intentar adaptarla al estilo de vida de hoy en día, y reflejar los alimentos de los que nuestro organismo no debería prescindir de forma diaria, semanal y ocasional, así como el resto de actividades complementarias que conseguirán que nuestro estilo de vida se vuelva totalmente saludable. Os hacemos un pequeño resumen de las pautas de este nuevo esquema nutricional:
– Nuestro día a día:
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Cereales, verduras y frutas, serán los tres alimentos que no pueden faltar en nuestro organismo.
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Lo ideal es que consumamos entre 1,5 y 2 litros de agua.
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Lácteos de forma moderada, en torno a dos raciones diarias.
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Una cucharada de aceite de oliva, elemento central de la pirámide, debería ser la principal fuente de grasa, debido a su calidad nutricional. Perfecto para aderezar y cocinar.
– Semanas saludables:
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Proteínas:
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Dos o más raciones de pescado.
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Dos raciones de carne magra
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Entre 2 y 4 huevos
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Una ración de carne magra o de carne procesada para no abusar en su consumo.
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Consumiremos unas tres raciones de legumbres como fuente de proteínas de origen vegetal.
– Los «caprichitos»:
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De manera ocasional, podremos consumir caramelos, pasteles, bollería o refrescos azucarados.
– Hábitos necesarios y saludables:
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Comer con moderación.
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Conseguir relajarnos, dedicando tiempo a la preparación de nuestros alimentos. Es decir, cocinar.
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Socializar, relacionarnos con otras personas y ser capaces de convivir.
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Consumir alimentos de temporada, frescos y mínimamente procesados.
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Realizar actividad física o prácticar algún tipo de deporte, de forma regular.
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Respetar las horas de descanso.
Os animamos a analizar cuánto de «mediterráneos» sois cada uno de vosotros, y a intentar respetar los hábitos de consumo de alimentos que os hemos resumido.
Publicado por @schinarro para DirectodelOlivar el 16 de noviembre de 2011
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