Cuando eres un gran consumidor de aceite de oliva, te puede asaltar la duda de si comprar un aceite «más barato» para ahorrar algo en la cesta de la compra. Incluso muchos consumidores y profesionales, priorizando el precio del aceite de oliva sustituyen nuestro oro verde por otros aceites más económicos, normalmente aceites refinados donde el rey es el de girasol. Parece una cuestión de sentido común, pero hoy queremos reflexionar sobre este asunto y ofrecer algunos consejos prácticos para no tener renunciar a un buen aceite de oliva virgen extra y que no nos den gato por liebre.
El aceite de oliva más barato
El aceite de oliva más barato que puedes encontrar en el mercado es el refinado, que se vende etiquetado como aceite de oliva a secas o con los apellidos «Intenso», «Suave», «Frutado», «0,4», etc. Otra variante es el aceite de oliva de orujo, que aunque pueda sonar a bebida espirituosa, es el aceite de oliva que tiene un menor coste, siendo por ello el que nos encontramos típicamente en las cocinas de la mayoría de bares y restaurantes de nuestro país. Aún así, el rey de estas cocinas sigue siendo sin lugar a dudas el aceite de girasol. Algunos pensarán: ¿Y qué más da? Es aceite para cocinar (o como algunos dicen, «para quemar»). Es cierto que si vamos a quemar el aceite, nos puede dar casi igual lo que compremos, pero hay que tener claro que los alimentos que cocinamos van a absorber una parte importante de ese aceite.
Por ejemplo, si te fijas en el etiquetado de una bolsa de patatas fritas, aproximadamente el 30% de su peso viene directamente del aceite en el que se han frito. Es decir, que de cada 100 gramos de patatas (o de croquetas), 30 gramos son aceite…
Así que, si utilizamos para freír un aceite baratucho de baja calidad, es lo que nos estaremos echando al cuerpo aunque no lo notemos en el sabor. El aceite de orujo se obtiene de los deshechos de la masa de aceituna después de extraerle el aceite de oliva virgen extra, virgen y lampante en la almazara. Esto se hace en las fábricas orujeras, que se llevan el orujo de las almazaras prácticamente a coste cero, en grandes camiones para procesarlo y obtener después el aceite de oliva de orujo en sus instalaciones.
Como comentábamos de forma detallada en este artículo sobre los diferentes tipos de aceite de oliva, estos aceites están permitidos para el consumo humano y no son peligrosos para la salud, pero debemos saber que todo lo que NO sea aceite virgen extra, virgen o lampante (el zumo defectuoso) ha pasado por un proceso químico de refinado, mediante el cual se añaden disolventes y otros productos que ayudan a bajar su acidez y eliminar sus defectos aplicando altas temperaturas. Esto, a parte de restarle todo el sabor, hace que pierda la mayoría de las propiedades saludables que contiene el aceite de oliva virgen extra de serie, al volatilizarse prácticamente todos sus polifenoles y antioxidantes naturales. Además, los aceites de oliva refinados tienen una densidad menor y penetran más en los alimentos, transmitiendo más calorías y haciendo más pesadas las digestiones. Por ello, siempre recomendamos eliminar el uso de este tipo de aceites refinados, sustituyéndolos por cantidades inferiores de aceite de oliva virgen extra o en su defecto uno virgen. Por todo ello, somos fanáticos del aceite de oliva virgen extra en crudo o cocinado a baja temperatura (guisos, sofritos, etc), y nos declaramos públicamente como enemigos de las frituras y fritangas tan presentes en nuestra cocina popular.
En definitiva, se trata de consumir MENOS aceite pero de MEJOR calidad, para cocinar de forma más sana y menos grasienta, protegiendo además el bolsillo.
Pero… ¿Todos los virgen extra son iguales?
¿A caso todos los vinos de crianza o reserva son iguales? Con todos los respetos, algunos, aunque sean crianza o reserva, son una pena. Con el aceite de oliva virgen extra pasa lo mismo, su calidad, sabor y aroma dependen de varios factores:
- Momento de la recogida: entre octubre y diciembre, dependerá del grado de madurez y las condiciones climatológicas durante esos meses.
- Variedad de la aceituna: picual, arbequina, hojiblanca, cornicabra…
- Climatología anual: lluvias, nieves, temperatura, humedad, etc.
- Plagas y enfermedades: el olivar siempre está expuesto a las temidas plagas como la mosca del olivo y otras enfermendades.
- Habitat: sierra, campiña, loma…
- Suelo: ácido, alcalino, arcilloso, etc
- Tipo de cultivo: secano, regadío, ecológico, etc
- Proceso de elaboración: temperatura de batido, centrifugado, decantación, filtrado, conservación…
Por tanto, a la hora de elegir correctamente un aceite de oliva virgen extra, no es suficiente con la información básica que se proporciona en su etiqueta por ley:
De hecho, el 70% de los aceites de oliva que se consumen en España, se venden con marca blanca, sin ni siquiera información sobre su procedencia, momento de la cosecha o variedad de aceituna. Así que, ni mucho menos todos los aceites de oliva virgen extra son iguales, y como consumidores deberíamos exigir tener al menos esta información.
Aceite de oliva virgen extra barato
Ante esta falta de información en las etiquetas de los productos que campean por las estanterías de los supermercados, deberíamos evitar la compra de aceites de oliva virgen extra muy baratos, ya que a parte de poner en peligro la sostenibilidad del tejido productivo, posiblemente estaremos comprando un producto de dudosa calidad proveniente de mezclas o excedentes de otras campañas, que necesitan ser colocados en el mercado cuanto antes para volver a llenar los depósitos. Hay que tener en cuenta que la fecha de consumo preferente se determina al envasar el producto, y posiblemente no refleje el tiempo que el aceite ha pasado almacenado en los depósitos. Recuerda que el mejor aceite es zumo de oliva 100% natural, y como todos los zumos naturales, están mejor si los tomas recién hechos.
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