¿Sirve el aceite de oliva para subir las defensas y reforzar el sistema inmunitario? Hasta la fecha tenemos estudios serios y relevantes como Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), que demuestran que el AOVE es una de las piezas clave del puzzle de la prevención, en especial para prevenir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, hay muy pocos estudios aún sobre la influencia del aceite de oliva en el sistema inmunitario, cosa que estamos seguros va a cambiar… Si es que algo hemos aprendido :)
Aceite de oliva, sistema inmune e infección
En la web del Instituto de Salud Carlos III, localizamos la investigación más seria que hemos encontrado sobre Aceite de oliva, sistema inmune e infección, realizada por investigadores de la Universidad de Jaén en 2010. Y aunque hasta ahora ha tenido muy poco protagonismo, sus resultados deberían invitarnos a investigar más en profundidad sobre el asunto…
A continuación exponemos los resultados que consideramos más relevantes, los cuales muestran como las funciones inmunes de animales y humanos son moduladas por dietas que contienen aceite de oliva. Además, la Tabla II ofrece una selección de estudios que reflejan los diferentes resultados obtenidos en la investigación de los efectos promovidos por dietas que contienen aceite de oliva en la modulación de las funciones del sistema inmune en humanos.
Por lo tanto, y a la luz de los resultados obtenidos, el aceite de oliva puede ser definido desde un punto de vista estrictamente inmunológico como un componente de gran importancia en la reducción de los desórdenes inflamatorios, tal y como demuestran varios estudios epidemiológicos, clínicos y experimentales. Atendiendo a estos argumentos se desprende que el aceite de oliva es un alimento que administrado de forma habitual en la dieta posee propiedades protectoras frente a agentes infecciosos, al desencadenar mecanismos que modulan algunas funciones inmunes.
Podríamos terminar aquí y quedarnos tan anchos diciendo que la ciencia ya ha demostrado la eficacia del aceite de oliva para subir las defensas y reforzar el sistema inmunitario. ¡Viva Jaén y su aceite! :)
Aceite de oliva, ni truco ni medicamento
Pero siendo honestos, Jaén y las demás zonas productoras de aceite de oliva somos parte interesada en el asunto. Así que a la vista de estudios de este tipo, es fácil promocionar titulares salvadores: El aceite de oliva potencia el sistema inmunológico frente a virus… Trucos y superalimentos para reforzar tus defensas… y noticias por el estilo…
¡NOTICIÓN! Si estamos buscando un remedio rápido que nos ayude a reforzar las defensas, ni el mejor aceite de oliva del mundo (por muy virgen extra o premium que sea) lo va a conseguir de forma aislada.
Como veremos a continuación, el funcionamiento del sistema inmunitario es muy complejo y su respuesta depende de multitud de factores más. En cualquier caso, hace falta muchísima más investigación y estudios serios con recursos (millones de euros), para que la ciencia pueda avalar estos beneficios de una dieta con aceite de oliva para mejorar la respuesta inmune.
Cómo reforzar las defensas del sistema inmunitario
Nacemos de serie con un sistema inmunitario en construcción que poco a poco va desarrollándose y aprendiendo, hasta alcanzar su madurez más o menos a los 2 años de edad. Aunque la herencia y la genética tienen su peso, hay claras evidencias científicas de que lo mejor que podemos hacer para contribuir a su desarrollo, es tomar leche materna (rica en anticuerpos de la madre) durante la infancia y exponernos de forma controlada a las amenazas para que el sistema inmunitario aprenda a defenderse. Para esto último se inventaron las vacunas, algo revolucionario que ocurrió hace ya más de dos siglos para combatir el agresivo virus de la viruela (Jenner, Inglaterra, 1796). En la actualidad, el calendario de vacunación es una herramienta fundamental para reforzar el sistema inmunitario y mantener a raya a casi todos los virus y bacterias que nos rodean…
Sistema inmunitario y microbiota
El 70% de las células del sistema inmunitario se encuentra en la mucosa del intestino, denominada microbiota intestinal, y que es una flora de microorganismos vivos que ejercen una función defensiva vital. Esto significa que el intestino es una pieza clave del sistema inmunitario (artículo del Departamento de Fisiología, Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona)…
Todo apunta a que cuando el intestino está irritado o inflamado, su microbiota se deteriora y el sistema inmunitario se debilita, facilitando el desarrollo de infecciones por virus, bacterias, intolerancias, alergias…
Sistema inmunitario y alimentación
Por tanto, si el intestino desarrolla un papel tan importante en el buen funcionamiento del sistema inmunitario, algo tendrá que ver también la alimentación y otros factores que pueden inflamarlo y deteriorar su salud, como medicamentos, alcohol, estrés… Una vez más, vemos que todo está conectado y acabamos hablando de alimentación, estilo de vida y lo que los médicos llaman ahora eje intestino-cerebro. No vamos a meternos en camisa de once varas, ni a desgranar las claves de la REVOLUCIÓN PSICOBIÓTICA (interesante libro), pero sí merece la pena recordar la importancia de seguir una dieta antiinflamatoria como la dieta mediterránea tradicional para prevenir y ayudar a combatir virus, alergias y demás amenazas…
Pautas de alimentación prebiótica y probiótica en adultos sanos para preservar la flora o microbiota intestinal:
Más alimentos frescos ricos en vitaminas y antioxidantes naturales: frutos rojos, verduras, hortalizas, grasas insaturadas (aove y coco), huevos, legumbres, frutos secos, semillas, especias, avena y cereales integrales ricos en fibra, yogures y productos fermentados, té e infusiones…
Menos alimentos ultraprocesados e inflamatorios: azúcares y harinas refinadas, aceites refinados, leche, bollería, alcohol… los de siempre :)
Sistema inmunitario y ayuno intermitente
El ayuno intermitente es otra herramienta que podemos utilizar para reforzar las defensas del sistema inmunitario: 14-16 horas sin comer no matan a nadie y facilitan el descanso del sistema digestivo. Estas mini-vacaciones hacen que nuestro organismo ponga en marcha la ruta metabólica AMPK y se acelere el proceso de autofagia (limpieza celular), desinflamación y regeneración de la microbiota… Muchos médicos e investigadores están trabajando para conocer más en detalle su funcionamiento y en qué casos no está indicado el ayuno intermitente, pero sin ir más lejos, es precisamente lo que nuestro organismo nos pide para repararse cuando cometemos excesos o enfermamos: no comer durante unas cuantas horas y beber mucha agua… Además, ya lo practicaban habitualmente nuestros antepasados cuando no conseguían cazar nada que llevarse a la boca, y lo siguen practicando religiosamente los judios (taanit) o los musulmanes (ramadán)…
Sistema inmunitario y suplementos alimenticios
Parece que la venta en farmacias de suplementos alimenticios (vitamina C, D, magnesio, melatonina, etc.), ha aumentado en pocos meses hasta un 300-400% en países como España o Estados Unidos (click para ver noticia en La Vanguardia). Hay demasiados intereses económicos y la ciencia aún tiene mucho que investigar en este campo, pero lo cierto es que cada vez más profesionales de la salud recomiendan tomar suplementos como la vitamina C, vitamina D y la melatonina, una hormona fundamental que nuestro organismo debería ser capaz de producir de forma natural para ayudar a conciliar el sueño y reponerse. Sabemos que dormir menos de 8 horas diarias puede debilitar el sistema inmunitario hasta en un 70%, así que el sueño de calidad es realmente una de las herramientas más poderosas que tenemos para repararnos. Y para dormir bien, nada mejor que estar cansado…
Sistema inmunitario y ejercicio físico-mental
Ejercicio físico y mental son imprescindibles para mantener en forma nuestro organismo y por supuesto el sistema inmunitario. Existen ya numerosos estudios científicos sobre el impacto del ejercicio físico sobre el sistema inmunitario (Pubmed) y hay cierto consenso entre los expertos que apuntan que lo más beneficioso son sesiones regulares de ejercicio moderado durante unos 45-60 minutos. Es decir, que ni siquiera hace falta ser un gran atleta o un deportista de élite… Porque a cierta edad cuando practicamos deporte, el cuerpo parece ir por un lado y la cabeza por otro, pero en realidad no es así. Sabemos que Cuerpo y Mente están conectados y conviene cultivarlos por igual con actividades que nos enganchen y pasen a formar parte de nuestro estilo de vida sin suponer un suplicio. De hecho, está demostrado que el exceso de ejercicio, una mala recuperación y el cansancio prolongado, acaban perjudicando nuestras defensas.
Sistema inmunitario y enfermedad
Todo lo anterior sirve para reforzar nuestro sistema inmunitario y prevenir ciertas enfermedades. Pero, ¿qué pasa cuando enfermamos? En lineas generales, lo más eficaz en presencia de síntomas de debilidad es dejar que el sistema inmunológico aprenda a defenderse en las mejores condiciones posibles: ducha, manta, sofá, descanso, agua y control de la fiebre. Como sabemos, la fiebre es un mecanismo natural que pone en marcha nuestro organismo para activar el sistema inmunitario y facilitar la quema de bichos. Si la fiebre no pasa de los 38,5 ºC y no hay malestar general, pueden evitarse los fármacos, pero un anti-térmico a la hora de dormir atenuará los síntomas y nos permitirá descansar mejor para conseguir un sueño más reparador. También puede ayudar un baño de agua templada o fría, aunque eso lo dejamos para nuestros amigos del norte y los seguidores del Método Wim Hof. Por cierto, este hombre está desafiando nuestros conocimientos con su método basado en el frío y el control de la respiración. Nada mejor que investigar y practicar un poco para sorprenderse (experiencia propia).
Sistema inmunitario y longevidad
Vamos terminando, no antes de revisar un memorable capítulo de la serie Redes sobre el sistema inmunitario y su especial relación con el envejecimiento y la longevidad. Una entrevista del gran divulgador Eduard Punset a Mónica de la Fuente, investigadora y catedrática de fisiología de la Universidad Complutense de Madrid, nos revela una primera frase inquietante…
El estado del sistema inmunitario puede predecir la longevidad que alcanzará una persona.
Analizando el estado del sistema inmunitario, podemos predecir la longevidad de una persona, así como su edad biológica, que puede distar bastante de la edad cronológica (la que viene en el DNI). Un sistema inmunitario en buenas condiciones es sinónimo de salud y larga vida. Se sabe que las personas que llegan a vivir 100 años, tienen un sistema inmunitario tan bueno como el de una persona de 30 años. Y la ciencia nos dice que potencialmente podríamos alcanzar los 120 años, ¿qué podemos hacer para fortalecerlo y mantenerlo joven?
Se estima que los genes condicionan nuestra salud entorno al 25%, mientras que el 75% restante viene condicionado por el ambiente, lo que comemos y el estilo de vida.
Cuando somos jóvenes el cuerpo lo aguanta casi todo, incluídos excesos, tóxicos y comida basura, pero la edad siempre juega en contra. Es ley de vida… :)
Mens sana in corpore sano
Por fin hemos llegado a la ansiada fórmula de la juventud, y aunque no basta con comprar AOVE, tampoco parece tan difícil reforzar el sistema inmunitario… ¿o sí? Como solemos decir, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra…
Buenos alimentos que eviten la inflamación/oxidación crónica del organismo cuidando nuestra microbiota, disfrutar más del sol y el aire libre (vitamina D), tener un sueño reparador, hacer ejercicio físico+mental de forma regular y mantener el equilibrio emocional. Poco más que añadir a parte de buen humor y actitud positiva, porque el aburrimiento y la mala leche también matan :D
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