Cada vez me quedan menos días libres en la agenda. Los meses de primavera y verano es lo que tienen. El buen clima anima a la celebración de toda clase de eventos: comuniones, bautizos, despedidas de soltero, bodas… El otro día, precisamente, estuve hablando con una amiga de su inminente boda y de los problemas que había tenido para encontrar restaurante, fotógrafo y dar con los recordatorios perfectos para ese día tan especial. Querían ser originales y creo que lo han sido y mucho. Han dado con unas botellitas de aceite personalizadas… nada convencionales :-)
Los típicos preparativos de boda
La novia se llama María y a falta de tres semanas para la boda, está hecha un manojo de nervios. Y los preparativos tampoco es que la estén ayudando. Tras varios años de noviazgo, su pareja y ella decidieron dar el paso tan importante de casarse. Lo primero que hicieron fue ir a la iglesia donde María siempre había soñado que se casaría. Hablaron con el párroco y escogieron uno de los pocos días libres que quedaban en la agenda. Esta temporada es lo que tiene.
La elección del restaurante fue algo más compleja. Habían pensado en celebrar una ceremonia íntima, con muy poquitos familiares y amigos. Pero claro, se esperaron demasiado tiempo para escoger el lugar de celebración, con lo que los restaurantes situados en el centro de la ciudad ya estaban todos reservados. Tras unos días que ella define como «desesperantes», lograron dar con un lugar con encanto. Pero a las afueras de la ciudad, justo lo que no querían. Es una casa del siglo XVII reconvertida en restaurante y con unos jardines de infarto. Yo estoy deseando ir para pasear entre las fuentes, los setos y hacer unas cuantas fotografías para inmortalizar el momento.
La siguiente tarea fue encontrar un vestido de ensueño para la novia. Afortunadamente, se hizo con unas grandes consejeras: su madre y su futura suegra. Se lleva estupendamente con ellas y sus consejos le sirvieron para decidirse pronto por un traje adecuado y que le sentara bien.
Buscando un recordatorio original para mi boda
Hasta el momento parece que va a ser una boda bastante convencional. Eso es lo que pensaba yo mientras charlábamos en la terraza de un bar tomándonos unas tostadas de ajo y aceite. Pero nada más lejos de mi imaginación. María es una persona muy detallista y original y me lo demostró cuando me confesó que se había pateado todas las tiendas de la ciudad en busca del recordatorio de boda perfecto y, por supuesto, fuera de lo común. Quería algo especial para agradecer a sus invitados todo lo que habían hecho por ellos. Un día, buscando por Internet se topó con estas botellas de aceite personalizadas, de aceite de oliva virgen extra, claro está, sin duda un regalo original de boda y una manera de desear a los invitados mucha salud y bienestar ;)
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