En principio, olivo y cerdo, cerdo y olivo, no tienen nada que ver, ¿no?…
Una de las cualidades más conocidas del cerdo es que de él se aprovecha todo. Desde sus patas (si son alimentados a base de bellotas, mejor que mejor…) para hacer el jamón serrano, hasta sus cerdas o pelos, que acaberemos utilizando para peinarnos con buenos cepillos.Pues bien, del olivo también se utiliza todo, todo y todo. Y si no, fijáos en los siguientes productos y subproductos derivados:
– Aceite de oliva: qué más os podemos contar: ¡nuestro oro líquido!
– Aceitunas de mesa: negras, verdes, hojiblanca, manzanilla… Perfectas para nuestros aperitivos y muy buen complemento para otros platos.
– Madera: su belleza, con multitud de matices, la convierte en perfecta para todo tipo de muebles, artesanía, escultura y variedad de utensilios, considerándose una de las mejores maderas en términos de calidad.
– Restos de poda: por un lado, se pueden aprovechar los restos de hojas, para elaborar productos de alimentación para animales. Asimismo, se están comenzando a estudiar alternativas de energía eficiente a partir de los restos de los huesos del olivo, que ya os contaremos con más detalle en próximos posts.
– Hojas: al contener calcio, fósforo, magnesio, potasio, sodio o hierro, entre otras propiedades, las hojas del olivo, pueden ser también utilizadas para elaborar tratamientos contra enfermedades como la hipertensión.
– Huesos para fabricar almohadas: se están comenzando a elaborar almohadas a partir de casi dos kilos de hueso carbonizado, amortiguados por dos capas de borrego natural. Son muy beneficiosas, sobre todo, para solucionar problemas de cuello, adaptándose más fácilmente a la superficie de la nuca, y transpiran mucho mejor que las tradicionales.
– Cosmética derivada del aceite de oliva: existen ya un sinfín de productos de belleza y cuidado de la estética, como cremas faciales y corporales, agua tonificante, gel, after shave, mascarillas, champús… Todo ello con el aceite de oliva como materia prima.
– Resina: utilizada para multitud de actividades, como por ejemplo en el sellado y o acabado de los propios muebles.
Después de citar todos estos usos (aunque seguro que nos dejamos alguno en el tintero…), básicamente, de todos los procesos en el olivar, lo único que no se aprovecha del olivo, es la aceituna no recogida.
Así que, después de todo esto, ¿a que ahora ya os resulta más fácil comparar un cerdo y un olivo? :-)
Publicado por @schinarro para DirectodelOlivar el 13 de junio de 2011
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