Hoy de nuevo echamos mano de la ciencia y también de la experiencia propia para hablar de un problema de salud que nos ha tocado y que cada vez es más común, el sobrecrecimiento bacteriano o SIBO, por sus siglas en inglés: Small Intestinal Bacterial Overgrowth. Se cree que más de un 25% de la población lo sufre, al igual que la candidiasis, que es el sobrecrecimiento de la cándida albicans con efectos similares… y especialmente interesante nos ha parecido su tratamiento natural, con la ayuda por supuesto de nuestro querido AOVE…
SIBO, qué es
El SIBO es una patología causada por el sobrecrecimiento de bacterias inapropiadas en nuestro intestino delgado. Concretamente estas bacterias deberían estar en el intestino grueso para contribuir a la descomposición de la comida, pero la falta de jugos gástricos o una insuficiente motilidad intestinal (movimiento peristáltico), hacen que estas bacterias colonicen el intestino delgado y empiecen los problemas…
- En primer lugar, las bacterias colonizadoras empiezan a fermentar los carbohidratos de la comida y generan muchos gases e hincahzón abdominal.
- En segundo lugar, estas bacterias roban nutrientes de los alimentos, especialmente vitamina B12 y hierro, lo que puede acabar arrastrándonos a problemas neurológicos, fatiga crónica e incluso anemia.
- En tercer lugar, las bacterias reducen la cantidad de bilis y dificultan la absorción de vitaminas liposolubles en el intestino delgado como las vitaminas A, E, K ó D.
SIBO, síntomas y tratamientos
Los primeros síntomas del SIBO son hinchazón abdominal y exceso de gases o meteorismo. A continuación, si no se trata de forma rápida, suele evolucionar hacia una disbiosis que inflama el intestino y lo hace más permeable, produciéndonos cansancio y malestar. Además, dependiendo del tipo de bacterias predominantes, podemos tener SIBO con producción de hidrogeno, que suele ser el más frecuente, o bien con producción de metano (IMO), que está causado por unos microorganismos denominados archeas. En este caso los síntomas anteriores suelen venir acompañados de estreñimiento y gases malolientes. El problema es que la mayoría de estos síntomas son comunes a otras patologías del aparato digestivo como helicobacter pylori, candidiasis o incluso intolerancias alimenticias (gluten, lactosa, etc.), por lo que su diagnóstico no es sencillo. Por ello, es importante identificar los síntomas y actuar cuanto antes, bien con el tratamiento médico oportuno o mediante remedios naturales, que también los hay como veremos más adelante.
Tratamiento médico del SIBO
Cuando acudimos al médico de familia con molestias estomacales o intestinales, lo primero que suelen hacernos es un test de aliento para descartar el famoso helycobacter pylori, prueba diagnóstica que nos alarga el diagnóstico al menos una semana. Si el resultado es negativo, el médico de familia suele derivarnos al gastroenterólogo, es decir al médico especialista del aparato digestivo. Esto nos puede llevar otro par de meses, teniendo en cuenta como está el patio. El caso es que pasado un cierto tiempo con sobrecrecimiento bacteriano, el intestino seguramente estará inflamado y nuestro estado de salud por los suelos.
Una vez diagnosticado el SIBO, el médico nos prescribe antibióticos para acabar con la sobrepoblación de bacterias y microorganismos. La mejoría suele ser progresiva, pero aproximadamente el 45% de los pacientes desarrollan un SIBO recurrente (artículo de Pubmed) que vuelve pasado unos meses, especialmente si son consumidores del socorrido Omeoprazol o protector estomacal, el top ventas de la farmacia (artículo de El Periódico). Este medicamento se usa para reducir la producción de ácido estomacal, que es precisamente una de las causas habituales de SIBO.
La otra habitual es la falta de motilidad intestinal, que facilita la limpieza del intestino y evita la proliferación de bacterias. Por ello, otro tratamiento médico habitual y muy efectivo para cortar y evitar el SIBO es recetar algún fármaco que estimule la motilidad intestinal y neutralice los gases molestos. Pero, ¿podemos hacer algo más para acortar los tiempos del tratamiento y mejorar más rápidamente los síntomas de SIBO? Pues sí…
Tratamiento natural de SIBO y candidiasis
Aquí viene la gracia del artículo. Aunque el aceite de oliva no es un medicamento ni la solución definitiva para el SIBO o la candidiasis, sí puede ayudarnos a cortar y prevenir la evolución del sobrecrecimiento con unas pautas muy sencillas:
- En primer lugar, el ayuno moderado (8-16 horas) mata de hambre las bacterias, facilitando a su vez el movimiento y la limpieza intestinal. Además, realizar algún ejercicio moderado como caminar durante 45 minutos, también facilita este mismo efecto beneficioso.
- En segundo lugar, podemos estimular la producción de más bilis tomando una cucharada de aceite de oliva antes de las comidas, lo que facilitará la digestión de grasas y vitaminas asociadas.
- En tercer lugar, existen estudios científicos serios (artículo de Pubmed) que demuestran el efecto antibacteriano y antifúngico de algunos aceites esenciales como el aceite de orégano, gracias a su alta concentración de carvacrol y thimol. Estos compuestos fenólicos, son capaces de matar bacterias y hongos de una manera tan eficiente como un antibiótico o un antifúngico de síntesis. De esta manera, podemos añadir a la cucharada de aceite de oliva, una gota de aceite de orégano como antibiótico natural. ¡OJO! Porque el aceite de orégano y otros aceites esenciales como el de canela, están muy concentrados, hay que tomarlos en pequeñas dosis y nunca directamente…
Conviene aclarar, que nada de esto sustituye al criterio médico, sino que son herramientas que nos pueden ayudar a atajar el SIBO o la candidiasis y su evolución hacia problemas de salud más serios. Ni el aceite de oliva virgen extra ni ningún otro son medicamentos, pero su uso terapeútico se conoce desde hace siglos y está claro que funcionan :)
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